XXII

Podría ser cualquiera. Presencia anodina. No llamaría la atención si no fuera por las conocidas letras amarillas de la camiseta, sobre fondo negro: F.B.I. Es una broma. Debajo se aclara el significado de las sigla para quien quiera leerlo: Female Body Inspector. En cualquier otro caso, se trataría del habitual humor de corto alcance, para comentar en el bar con los amigos, entre una copa y otra, pero esta vez dice la verdad. Está sentado, con los ojos cerrados, mientras escucha música. De repente, mira al frente como si hubiera tenido una revelación. Rebusca en su mochila hasta encontrar un blog de tamaño folio. Pasa las hojas. Están llenas de dibujos de mujeres, en diversas posturas, algunas vestidas, otras sin ropa. Empieza a dibujar con un bolígrafo azul. Hace pausas y mira al cielo como si sondeara los arquetipos en la mente divina, mero transcriptor de los ideales del eterno femenino. Está iluminado. Es el verdadero hijo de Dios en la tierra. Inspecciona los cuerpos imaginarios que nunca podrá tener en realidad.